domingo, 1 de marzo de 2015

Imperfección perfecta

Siempre todos buscando la ecuación perfecta, eso que de la respuesta de porqué de todo.
Sentarnos a encontrar la bendita incognita no siempre es lo más liberador.
Encerrarnos en buscar eso nos hace perder de cosas cuya belleza está ahí.
Está en esas cosas que se lucen por su tenue imperfección, su tibia complejidad.

Buscar más allá del brillo que reluce ante nuestros ojos es una gran victoria.
Poder encontrar algo más allá de una mirada  triste puede ser un bello tesoro.
El horizonte parece estar tan léjos, pero al mirar dentro nuestro vemos que está más cerca de lo pensado.
Todo lo que esperabamos puede estar más cerca de lo que jamás imginamos.

Recuerdos que rodean tantos momentos se pierden entre tantas imágenes que vivimos.
A veces los enterramos dónde solo a veces los queremos ver, aunque no siempre pasa eso.
Hay veces que quisieramos arrancarlos de nuestro ser, desterrarlos en el fondo del olvido.
Pero es inútil, son parte del todo que formamos, son parte de la música que compone nuestra vida.

Tantas veces nos perdemos por lo que brilla, tanto que olvidamos que es lo que alimenta nuestra alma.
Que es lo que genera el motor de nuestra verdadera felicidad, el brillo de nuestro amor.
Puede que persigamos las estrellas con el anhelo de volver a verlas.
Pero lo que no vimos es que, las estrellas están con nosotros iluminandonos como nunca.

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