martes, 16 de febrero de 2016

Historia simple

Hay tanto amor en este mundo, demasiadas personas que dan eso,
personas que nos regalan su amistad y ayudan a que nuestra vida sea algo mejor.
Sacan lo mejor  de nosotros, iluminan cuando todo está oscuro,
siempre saben que hacer para que todo vaya hacía un mejor lugar.

Pero también pasa que el dolor llega a los que amamos,
ahí el dolor deja de ser de los otros y también llega a nosotros.
Sentir sufrir a los que más queremos es algo insoportable,
más si sentímos que nada podemos hacer por ellos.

Pero hay que entender que todos viven su dolor de manera distinta,
todos vemos cosas distintas y sentimos cosas diferentes.
Cada uno debe enfrentar sus demonios, sus dolores y pasados,
saber aprender de ellos, volverse fuerte con ellos.

El sufrimiento es algo tan común, tan complicado y tan terrible,
pero al final de todo siempre nos muestra cosas que debemos aprender.
Al final tal vez nos vuelva más fuertes, y hasta nos ayude a dar una mano,
a quienes hayan pasado lo mismo y los ayudemos a salir del pozo en que están.

El frío cala hasta los huesos y nos regala sensaciones de soledad,
pero recuerda que siempre aparecerá ese que te devolverá la sonrisa.
Aunque sea un instante va a traer otra vez el cielo en tus infiernos,
y sabes que no te va a abandonar, menos cuando más lo necesitás.

Al final creo no estamos tan solos como creíamos,
es increíble las personas que se te cruzan y regalan historias tan hermosas.
Sigo escribiendo esta historia, ambos seguimos haciéndolo poco a poco,
no sé como será el final, pero sé que todavía hay mucho porqué compartirla y vivirla.

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