Te vi entrar como una visión de un tiempo lejano,
el sol no había salido, solo vos iluminabas todo.
Detuve mis ojos en los tuyos, vi un brillo en ellos,
vi una destello tan hermoso que me dejo paralizado.
Amé el aire que pasaba alrededor, el que ambos respirábamos,
entonces encerré tu imagen en lo profundo de mi mente.
Voy a ella cuando necesito volver a maravillarme,
me quedo en ella cuando quiero sentir algo especial.
Dibujé cada centímetro de tu rostro en mi corazón,
recordarlo en un lugar hermoso, uno que me devuelve la vida.
Quise detener el tiempo, justo en ese momento,
ese que nuestros ojos se encontraron, ojalá hubiera sido eterno.
Jamás creí en ángeles o demonios, pero sé que he visto uno,
no sé si será lo primero o segundo, no sé que esconderán esos ojos.
Puedo dejarte ahí siendo un ángel por siempre,
o explorarte hasta saber si sos también un demonio.
Un minuto fue una eternidad, y también fue nada,
fue pasear entre las nubes lejos de todo.
No sé en verdad quien sos o quien serás,
solo sé que tal vez arda por siempre por atreverme a verte.
Verte y soñar fue mi pecado, ese que me arrastra al abismo,
no sé si vuelva a verte algún día, por eso aprovecharé todo.
Todo lo que venga y así guardaré el recuerdo más hermoso que pueda,
sobre todo de tus ojos eternos, esos que vivirán por siempre en mi.
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