Caminar y caminar, seguido por los pensamientos,
perdido en un mundo aparte, sentirse lejos.
Lejos de todos los que rodean, lejos de esos mundos,
esos que son tan diferentes al que yo vivo.
La paz fue siempre una linea tan delgada entre todo,
algo que perdí de manera tan fácil.
Y quedé ahí envolviéndome en soledad,
sentirme aislado de todos los demás.
Quizás sea que al final siempre terminamos solos,
y que no hay nadie en verdad que nos haga sentir lo contrario.
O puede que nuestra vida sea algo tan lejano a todo,
o que cada persona vive en su realidad y cuando quiere se aisla.
Pero al final quizás aparezca alguien que nos haga volver,
que nos haga pisar la tierra una vez más.
Quizás al final no estamos tan solos,
quizás es el tiempo que tenemos que vivir para aprender.
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