domingo, 13 de agosto de 2017

Un grito de soledad

Hay un grito que desgarra todo,
uno que me paso ignorando,
ese que carcome mi pecho,
el que sale de mi desdichado corazón.

Pueden pasar los años y las vidas en si,
puede morir el mundo y la vida seria otra,
pero sé que una y mil veces volvería a vos,
es imposible borrarte de mi, aunque mucho lo intente.

Si es que debo arder por todos los pecados que cometí,
lo haría sin miedo, pero sé que jamás cambiaría uno,
ese que me arrastró a vos y dejó una marca imborrable,
esa que llevo sobre mi, con dolor pero sin arrepentimiento.

Si entre miles de millones de vidas que hay en el mundo,
entre todas esas luces, las nuestras se encontraron,
va a ser mi eterna cicatriz, esa que está tan presente en mi,
una ausencia tan presente en mi, un vacío que solo tus ojos llenaron.

Ese grito sigue ahí, no sé que hay en mi pecho, porque la vida se fue,
se fue el día te dí ese último abrazo, la última vez que te vi,
quizás algún día este dolor tan gran me abandone,
pero hoy veo muy lejano ese día, solo me queda seguir.

Seguir esa esperanza que no me hace caer, esa que conocemos,
porque sabes bien que jamás nadie te va a querer de igual manera,
nadie va a hacerte sentir como yo, la respuesta la conoces bien,
yo la sé, por eso estás acá en mi pecho y no sé si algún día te vas a ir.

martes, 1 de agosto de 2017

Las alas de tu libertad

Vivir esclavo de nuestras emociones,
perdido en esas cadenas que formamos sin buscarlo.
¿De quien dependo? ¿A quien estoy atado?
Pierdo el aire y quedo en la nada misma.

La soledad fue una fortaleza inexpungnable,
solo rota por el miedo.
Un miedo de esa misma soledad que un día me atrapo,
uno que me llevó a ser quien no era.

Aunque está en el corazón de todos,
el querer escapar de esa soledad.
Poder pasar y compartir la vida,
y cuando todo caiga alguien nos ayude a levantar.

Presos de ese miedo terminamos cayendo en una trampa,
una trampa en la que terminamos sufriendo.
Aunque eso termine cortando las alas de tu libertad,
es algo que podría encerrar más cosas.

Pero la verdad es que tampoco podemos vivir con miedo,
porque la vida encierra demasiadas cosas,
tantas buenas y tantas malas, un sin fin de emociones,
no nos privemos de la felicidad por temer.