Fue todo tan intenso, fue todo tan hermoso, o eso sentí en ese momento.
Cuando te ví te amé, pero no lo que los ojos podían ver, sino cuando ví quien eras.
Cuando conocí tu lucha, tu fuerza, tu esperanza, tu locura y todo lo que sos.
Encontré algo diferente, algo que jamás sentí hasta ese momento.
El mundo era tan diferente, el tiempo no tenía fin.
Los días eran un mundo aparte, vivimos todo lo que pudimos a nuestra manera.
Pero al final nuestras vidas iban en direcciones opuestas.
Eras la persona correcta en el momento equivocado.
El tiempo se fue, pasaron los años, la vida siguió, entre errores y alegrías,
pero nunca olvidé que dijiste que viste en mi.
Algo que por un tiempo quise matar y ocultar en lo profundo de mi ser,
pero al final esa vocación salió, porque fue algo que siempre tuve en mi.
Viste en mi todo lo que otros quizás no vieron, quizás por eso la vida nos juntó otra vez,
pero no fue lo mismo, ya no estaba eso que sentí un día, eso tan hermoso.
Pero había algo más, era diferente, ya no te veía igual, pero si con un cariño especial,
porque fuiste esa persona que me dió luz y esperanza cuando nadie más lo hizo.
Ahora sé que aunque todo sea diferente, y que nuestros corazones sigan yendo en direcciones opuestas,
la vida siempre nos va a regalar alguna sonrisa y algún buen momento.
Más allá de todo, el mundo que me mostraste ahora está más presente que nunca,
por eso siempre voy a estar agradecido, por darme eso soplo de vida en un mundo tan difícil.
