jueves, 13 de junio de 2019

El cielo y la tierra

Ellos eran parte del todo, pero no eran lo mismo,
eran dos extremos, pero terminaban siendo uno.
Aunque se separaran mil años, volverían a verse,
había algo que hacía que volvieran.

A pesar de que uno era luz y la otra oscuridad,
a pesar de estar llenos de defectos,
a pesar de tener todo en contra,
había algo que los hacía fundirse como nada.

Entre mundos que explotaban llenos de odio,
pudieron parar el tiempo y ser ellos.
Teniendo tan poco uno del otro, supieron tener todo,
todo lo que a cada uno lo hacía ser quien era.

Mil tormentas, cientos de océanos,
kilómetros interminables, mundos sin conocer.
Nada fue suficiente para separar lo verdadero,
aunque cada uno fuera un universo distinto.

Al fin de la eternidad ambos volvieron a chocar,
porque cada uno tenía lo que otro necesitaba,
eso que solo ellos sabían que era,
tan solo lo sentían, y eso era suficiente.

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