Recorriendo tantos caminos, esos que fueron tan diferentes,
tantos que me llevaron a buen camino y otros que no.
Los malos caminos fueron construyendo parte de mi dolor,
uno del que no arrepiento, porque me ha hecho más fuerte.
No hay que despreciar los errores que cometemos,
porque al final y al cabo son parte de nosotros.
Un buen camino a veces te hace olvidar lo malo,
construye un buen sentimiento de tranquilada.
¿Felicidad? Quizás haya algo de ella ahí también,
aunque sean solo momentos, esos son de los más fuertes.
Aunque duren segundos, se terminan convirtiendo en faros,
esos que te alumbran cuando estás mal y perdido.
Ahora hay otro cruce de caminos, uno como tantos que pasé,
una decisión de un lado y otra de otro lado.
Todas las que tomé en mi vida me dejaron algo,
aunque cree problemas debo seguir con lo creo, hasta el final.
Buscar lo mejor para uno, es una misión que todos debemos recordar,
aunque demasiados insisten en olvidarlas o hasta llevarlos muy lejos.
Al final el tiempo, viejo juez, dirá que tan bien o mal hicimos todo,
y si hicimos lo correcto para esa prueba interminable de pelear por los sueños.
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