lunes, 25 de febrero de 2019

Por un sueño frágil

Mi mundo ardía sin más, ya no podía ver nada,
pero entre las la destrucción vi algo de esperanza.
Todo se derrumbaba, ya no había nada por que pelear,
ahí apareciste, dando algo particular a todo.

Tu piel era la nieve, parecía blanca, pero tocarla era quemarse,
aunque sabía que el dolor me llegaría por anhelarte,
fue mejor dejar todo atrás y solo abrazar tu imagen,
una que mostraba tanto que me aterraba.

Me aterraba no poder ver tus ojos y verme en ellos,
me asustaba que tu voz esté lejos,
tanto que jamás podría escuchar mi nombre en tus labios,
sentir esa sensación de estar más cerca de tu luz.

Destrocé entonces todos mis temores,
aún sabiendo que todo moriría en un instante,
que seríamos una estrella fugaz en el negro cielo,
no me importo nada, solo perderme en tu mirada de luz inmensa.

¿Para que pasar una vida lamentando?
¿Si mañana se termina este viaje que fue la vida?
¿De que sirvió tanto si no vivimos nada al final?
 Por eso elegí perderme mil veces en vos.

A pesar de seguía recogiendo los pedazos de corazón roto,
podía darme el lujo de volver a sentir latir en mi pecho.
Aunque todo fuera un sueño de una noche,
sabía que nacería algo que jamás moriría  para ambos. 

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