martes, 5 de diciembre de 2023

Me encontré y me perdí en sus ojos

El día que encontré sus ojos me perdí, me perdí para jamás volver a encontrarme,
me ví recorriendo kilómetros en busca de algo que sabía estaba muy lejos.
A pesar de que la fe nunca me faltó, siempre supe que lo que perseguía era el sol,
tan lejano, tan brillante que al verlo me dejaba sin vista, me dejaba completamente desarmado.

Me odié por volverme tan vulnerable, me castigué por caer ante esos sentimientos,
pero me repetí una y otra vez que era una batalla perdida, que no tenía sentido.
A pesar de todo seguí buscando su voz, seguí perdiéndome entre los mares de sus ideas,
porque a pesar de que su mirada me llamó la atención, cuando supe lo que pensaba me cautivó.

Su espíritu me dió esperanza, esperanza de que este mundo tan individualista no se coma todo,
a pesar de que esos gigantes de odio vinieron a destruir y corromper todo lo que creíamos.
A pesar de todo el mundo que vamos conociendo se va terminando, no me amedrenté,
supe que de la adversidad se vería nuestra verdadera fuerza, la de todos los que creemos lo mismo.

Vi su fuerza, ella que atravesó todo el dolor posible, me inspiró a levantarme ante los problemas,
esos que vinieron a corromper todo lo que daba color a mi vida, una que jamás creí vivir.
Supe que no era como los demás, que era como yo en muchos sentidos, eso me asustó,
por eso supe que jamás podría hacerle bien, entendí que merecía algo mejor.

Porque cuando me encontré en sus ojos vi muchas cosas, vi mucha tristeza en su mirada,
y entendí mucho al respecto cuando me contó su historia, vi demasiado, sentí demasiado.
Pero a pesar de que vi todo eso en sus ojos, cuando su sonrisa apareció entendí lo que era la luz,
que aunuqe la tristeza estaba ahí, había quedado atrás, ahí vi toda la fuerza que ella tenía.

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